Mucho más que la pérdida de una pierna y un brazo fracturado
Peter Weboya respiraba con dificultad. Corría por su vida.
Luego escuchó que el DPC que ordenaba: “Si no quieren alejarse, simplemente dispárales”.
Los soldados no dudaron en disparar a los aldeanos que fueron desalojados por la fuerza de sus tierras donde nacieron y se criaron y donde fueron enterrados sus antepasados desde la década de 1930.
“Me dispararon mientras huía y me caí. Luego me llevaron al hospital de Mulango, con tanto dolor”, dijo Peter. Recibió un disparo en la pierna que le afectó una arteria principal. Le amputaron la pierna, tiene que depender de muletas.
Hoy, él está luchando por defender a su familia. La pérdida de su pierna es una de las razones, pero más que eso es la pérdida de la tierra en la que han estado viviendo durante generaciones. La tierra donde cosechaban en los viejos tiempos ya no es de ellos. Empresas multinacionales han invadido sus tierras.
Mientras tanto, Kazasa David, un anciano, se fracturó el brazo mientras intentaba salvar sus plantas de maíz.
“Las vacas entraron en mi jardín y se alimentaron de mis cultivos de maíz. Entonces, mientras perseguía a las vacas fuera de mi jardín, uno de los pastores me levantó por detrás y me tiró al suelo”, dijo Kazasa.
Los pastores trabajan en una de las empresas multinacionales que desalojaron a Kazasa y a sus compañeros de la aldea de sus tierras.
Kazasa dijo: “Tenía la intención de golpearme en la cabeza primero, pero por la gracia de Dios, aterricé en mi brazo. Tuve una fractura compuesta”.
Peter y Kazasa no fueron las únicas víctimas de tortura durante el desalojo.
Pero mucho más que la pérdida de la pierna de Peter y el brazo fracturado de Kazasa fueron las luchas que enfrentan sus comunidades a medida que su condición de vida empeora: el aumento de los casos de violación, la falta de acceso a servicios sociales como tratamiento médico, educación y agua potable, entre otros y ninguna tierra para llamar suya.
Necesitan tu apoyo. Apoya a Peter y Kazasa y a otras víctimas del desalojo. ¡Firma la petición!